Hola, soy Annette Jiménez y estaré colaborando en este interesante y delicioso blog con el tema de la tecnología y la comida... Las nuevas tecnologías juegan un papel importante en el ámbito de la alimentación ya que permiten producir alimentos y bebidas que se adaptan a las demandas de los consumidores de manera segura. A través de las innovaciones tecnológicas, se desarrollan nuevos productos y tecnologías que persiguen la calidad y seguridad alimentarias. El objetivo es desarrollar nuevos productos alimenticios que cuenten con el apoyo de la ciencia y que se adapten a la demanda de los consumidores.
La manipulación de alimentos consiste en la manipulación de las células de animales y vegetales.
Aunque no es un método aceptado por consenso, la manipulación genética de los alimentos ha traído beneficios a muchos países. Ejemplos de ello son los EE.UU., Canadá y China, donde, en 1995, ya se habían vendido varios tipos de plantas transgénicas. Sólo dos años más tarde, fue el turno de la Unión Europea (UE) en abrir sus puertas a la comercialización de tomates, maíz y soja modificados genéticamente.
Las características de cualquier ser vivo está determinado por los genes contenidos en los cromosomas de las células. Durante la producción de un producto de alimentos transgénicos se procede a la introducción de genes de otras especies que le confieren propiedades específicas. Las moléculas de ácidos nucleicos se insertan en los virus o bacterias, que sirven como intermediarios para la obtención del material genético que posteriormente se inserta en el cuerpo que desea modificar. También se emplea la técnica de fusión celular a través del cual dos o más células son unidas artificialmente con el fin de lograr nuevas combinaciones.
En la actualidad, se pueden crear especies resistentes a ciertos virus, plagas, herbicidas o inclemencias del tiempo. Es un ejemplo a mencionar el curioso caso de las fresas en cuyo ADN se añadió un gen de un pez del Ártico, de modo que se volvieron más resistentes al frío. Actualmente, en el mercado se encuentran alimentos en los que la intervención genética se lleva a cabo en distintos niveles. Aquellos que son enteramente genéticamente modificados – el caso de la soja y el maíz – se oponen a incluir en su composición sólo aquellos elementos de su composición genéticamente modificados, como el pan producido con fermento transgénico.
La posibilidad de poner fin a la escasez de alimentos que afecta a más de 800 millones de personas en todo el mundo se presenta como el argumento más atractivo para invertir en la expansión de la agricultura transgénica. Muchos son también los que ven una oportunidad en este método para aumentar la productividad y reducir costos. En las opiniones extremas opuestas son más escépticos los ambientalistas, ecologistas y todos aquellos para quienes la manipulación genética de los alimentos trae consigo, además de los atractivos problemas éticos, graves perjuicios para la salud pública e impacto ambiental.
La resistencia a los antibióticos encabeza la lista de problemas asociados con el consumo de organismos modificados genéticamente. Para probar si la aplicación de un gen en particular fue un éxito es necesario que venga acompañada por un gen marcador. Esto es generalmente resistente a un antibiótico. Una vez que la transferencia genética se hace por intermedio de virus o bacterias, se da muchas veces origen a una estirpe contra la cual el antibiótico pierde parte de su eficacia y que se puede volver patogénica para el ser humano. Del mismo modo, las alergias emergen como un riesgo potencial para los alimentos transgénicos que incluyen en su dieta. La creación de organismos modificados genéticamente puede dar lugar a la aparición de nuevas sustancias que provocan alergia o de su transferencia de un alimento a otro. Por lo tanto, y debido a un etiquetado deficiente o no de la mayoría de los productos, los consumidores pueden ingerir una sustancia a la que son alérgicos sin tener conocimiento de ello. Por último, el consumo de transgénicos atrae incluso la posibilidad de intoxicación, ya sea por la presencia de nuevas toxinas o el aumento de las ya existentes.
La agricultura transgénica sigue siendo una amenaza para la biodiversidad. Dada la mayor capacidad de los cultivos modificados genéticamente para sobrevivir en condiciones hostiles, éstas pueden superponerse a las culturas tradicionales llevando a su extinción. También es posible que se produzca intersección no controlada entre las especies naturales y modificadas, dando lugar a variedades con características inesperadas. Esta variante de la agricultura sigue siendo una fuerte amenaza para las economías de los países del tercer mundo. Productos como el cacao o caña de azúcar, que constituyen una parte considerable de sus exportaciones, podrían ser reemplazados por sus contrapartes transgénicas producidos en los EE.UU. o Europa.
Conclusión
Fuentes consultadas:
Tecnología de frutas y hortalizas from David Chuquijajas Chuquilin (Slideshare)
http://www.escuelapedia.com/manipulacion-genetica-de-alimentos/